sábado, 23 de julio de 2011

LA PENA DE FERMÍN


Patrón, yo la quería
y ella era güena, se lo juro yo.
Pero su paire, On Chuma -el que tenía
en el Bajo un chinchel-, me la negó.
Me la negó, patrón, porque en la vía
puee más que el cariño el interés.
Porque él necesitaba a la María
pa esplotarla lo mesmo qui a una res.
¡Y era tan rebonita!
Si parecía, con su moo di andar,
una mariposita…
un pajarito ‘e Dios que va a volar!
Nunca hey visto unos ojos como aquéllos,
Negros, pero con luz, como el carbón…

¡Cuando mi acuerdo d`ellos
siento que me le aprieta el corazón!
Siempre, cuando golvía del trabajo,
me paraba a su puerta... Y una vez
en el chinchel del Bajo,
me tomaba una copa..., u dos..., u tres.
Riéndose, la María
me priuntaba, di atrás del mostrador:
- ¿y pa qué tomáis tanto? – Y yo le icía:
-Remedio pa la pena es el licor.
-Pero, ¿vos tenís pena?
¿Un mozo joven como vos, Fermín?...
¡Ya le hey dicho, patrón, que ella era güena
y que yo la quería con güen fin!
Así, sin impaciencias ni ´escaro,
ibamos platicando la amistá…
¡Nunca me hallé capás de hablarle claro.
y en eso estuvo mi fataliá!
Muchas veces, puntiando en la vihuela
una tonaa cantaba a media voz…
¡De no golverla a oír, quién se consuela,
patroncito, por Dios!
Yo me queaa di un hilo, embelesao
oyéndola cantar...
No cantan con más gusto ni afinao
los pajaritos cuando va a clariar.
Endey, el pobre guaso,
solo con su ilusión,
s´iba en su caballito, paso a paso,
saltándole de gusto el corazón.
Y el viento, y las montañas,
y el matorral y la arbolera, en fin,
too, lo iba sintiendo en las entrañas
que me gritaba: "¡Quérela, Fermín!"
La estrellita que en lo alto aparecía,
la flor de más olor,
too, cosa ´espresiable lo creía
comparao a mi amor.
¡Que será bien bonito
cuando vayamos d´el brazo p´al altar!"
Y yo icía su nombre ´espacito
pa que naiden lo oyera prenunciar.
Pero una tarde, el viejo,
por unos chismes que alguien le sopló,
arrugó el entrecejo,
y lo mesmo que a un perro me trató.
-¿Que te habís figurao?
¡Tómate el trago y te mandáis cambiar!
¿O pensais que a mi niña la hey criao
pa un guaso bruto como vo? ¡Güen dar!
Yo quise protestar, largar la brava...
Pero... ¡la pura! que no hallé que hacer
cuando vide a mi prienda que lloraba
Con la cara voltiá pa' la paré.
...Ya no la hey visto más. La suerte ingrata
no me la quiso ´ar.
¡Hasta que un día supe que por plata
su mesmo paire la dejó escapar!
¿Onde está la María?
Si está viva o es muerta, no lo sé...
¡Solo sé que pa mi no hay alegría
ende que ella ´e jué!.
Y ésa es mi pena grande, caballero.
Ese y no otro es mi dolor, patrón.
Entuavía la quero...
¡Me tendrá que matar esta pasión!
Por eso sufro y me emborracho agora...
¡Porque no sé qué hacer,
y ya no hallo la hora
de ´ejar de paecer!
Ya con gusto no duermo ni trabajo...
Cuando llego a pasar
frente al chinchel del Bajo,
siento como unas ansias de matar.
Mi acuerdo de aquel viejo ´escastao
que con su propia sangre negoció;
y, por no verlo, miro pa´ otro lao...
¡Con toa mi alma lo aborrezco yo!…
Parece que hasta el viento
que sacúe zumbando el matorral
se estuviera gozando en mi tormento…
Y aprieto bajo el poncho mi puñal;
y yo, guaso leal, guaso sencillo,
compriendo a los que matan por amor,
Y quisiera acabar en el banquillo
esta vía ‘e vergüenza y ´e dolor.

Víctor Domingo Silva.

YO PECADOR



Yo galán imperfecto
Yo danzarín al borde del abismo,

Yo sacristán obsceno
Niño prodigio de los basurales,

Yo sobrino - yo nieto
Yo confabulador de siete suelas,

Yo señor de las moscas
Yo descuartizador de golondrinas,

Yo jugador de fútbol
Yo nadador del Estero las Toscas,

Yo violador de tumbas
Yo satanás enfermo de paperas,

Yo conscripto remiso
Yo ciudadano con derecho a voto,

Yo ovejero del diablo
Yo boxeador vencido por mi sombra,

Yo bebedor insigne
Yo sacerdote de la buena mesa,

Yo campeón de cueca
Yo campeón absoluto de tango
De guaracha, de rumba, de vals,

Yo pastor protestante
Yo camarón, yo padre de familia,

Yo pequeño burgués
Yo profesor de ciencias ocultas,

Yo comunista, yo conservador
Yo recopilador de santos viejos,

(Yo turista de lujo)

Yo ladrón de gallinas
Yo danzarín inmóvil en el aire,

Yo verdugo sin máscara
Yo semidiós egipcio con cabeza de pájaro,

Yo de pie en una roca de cartón:
Háganse las tinieblas

Hágase el caos,

háganse las nubes,

Yo delincuente nato
Sorprendido infraganti

Robando flores a la luz de la luna
Pido perdón a diestra y siniestra
Pero no me declaro culpable.

Nicanor Parra